La falta de un proyecto global para la ciudad por parte del
Ajuntament de Palma es la razón por la que ARCA invitó ayer al
filósofo Francisco Jarauta a debatir sobre el patrimonio urbano. El
pensador, que también participará esta semana en un seminario en el
Colegio de Arquitectos, habló sobre un asunto muy de actualidad en
Palma a raíz de los aparcamientos proyectados por Cort: «De la
ciudad histórica a la ciudad genérica».
Tras la crisis del estado nación, que se diluye en una categoría
más amplia, y la fuerza emergente de las regiones, dijo el
filósofo, la ciudad es el lugar donde se dan los «problemas más
reales desde el punto de vista político», porque es un «verdadero
laboratorio», el espacio más «efectivo en el que se juegan todas
las relaciones». De la ciudad histórica, que sería la de la
memoria, se ha llegado a la ciudad genérica, donde «las mezclas
hacen que el referente de la identidad cultural sea más débil y un
escenario de identidades transeúntes».
En ésta última, la presión del capital es cada vez más
importante, añadió, por lo que resulta «más necesaria la defensa de
la ciudad histórica», que Jarauta defendió como un lugar «vivo,
polivalente» con servicios culturales, red comercial y viviendas.
También apuntó la necesidad de un cinturón de protección que
envuelva al casco histórico. «Es más importante pensar estrategias
para las periferias, muy, muy modernas, y establecer una política
de protección para los ciudades históricas».
En cuanto a los aparcamientos cerca del núcleo patrimonial se
adscribe a la postura que debe «tener en cuenta la complejidad del
tejido urbano y se trataría de plantear una solución del segundo
anillo de protección del casco histórico».
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