Miquela Vidal se reencuentra con su pueblo natal, Campos, para
conmemorar sus 25 años con el arte, un camino que comenzó casi como
un juego y que se convirtió en una vocación y una profesión. El
Auditòrium de Campos, una capilla que perteneció a un convento, una
Llonja de Palma en pequeño, dice la artista, acoge esta tarde la
inauguración de una exposición organizada por el Ajuntament en la
que mostrará pintura, objetos y escultura. «25 anys amb l'art»
tiene otro significado especial para la artista, enseñar a sus
convecinos trabajos en los que está presente la memoria, la suya y,
sobre todo, la de sus padres, a través de obras a base de colage.
La pieza que ha donado a la localidad, «Parella», se inaugurará el
próximo nueve de enero en una rotonda a la entrada del pueblo.
"¿Por qué celebra sus 25 años con el arte en
Campos?
"Yo nací y viví aquí hasta los 20 años. Muchas de estas obras las
hice tras la muerte de mis padres para quitarme de encima la
tristeza de unos años muy duros para todos. Algunas ya se vieron en
el Casal Solleric pero me hacía ilusión exponerlas en Campos. Ahora
estoy muy contenta con esta exposición y el espacio es muy
bonito.
"¿Qué ha sucedido en estos 25 años?
"De todo. Los primeros fueron figurativos, con paisaje al natural
que hacíamos en Raixa, de la que ahora se habla tanto. Después, ya
con estudio propio, creo que fui forjando mi propio estilo. Después
llegó el tiempo en el que quise cambiar, investigar en la
abstracción, en el colage. Fue cuando hice la exposición en La
Misericòrdia, en 1994, y, más tarde, en el Casal Balaguer, en 1995.
De ésta última es de la que me siento más contenta porque aquí ya
dominaba mejor la abstracción.
"¿Por qué se embarcó en la aventura del cambio de
lenguaje?
"Quería investigar, adentrarme en técnicas nuevas, en el collage,
me gustaban los empastes, meter hierros en la tela, la obra
gráfica, la escultura. Todo esto en el paisaje no tenía
sentido.
"Ahora trabaja más la escultura que la pintura, pero si
se mira bien su obra se ve que siempre ha tenido querencia por el
volumen.
"Hacía escultura para mí, no la exponía.
"La memoria siempre está en su trabajo.
"De pequeña iba al taller de bicicletas de mi padre, que me hacía
muñecos, personajes, y le ayudaba; luego seguí yo, me encantaba
estar allí, con ese olor tan fuerte, por eso con los disolventes de
la obra gráfica me encuentro en mi salsa. Ahora utilizo papeles
manuscritos antiguos que hallé en casa, en un baúl.
"También es muy recicladora.
"No hay que tirar nada. Uso hierros viejos de instrumentos del
campo que voy encontrando y también saco piedras del mar.
"Últimamente no ha podido pintar mucho, ¿cómo afronta
2002?
"Año nuevo, vida nueva. El reto es volver, aunque nunca he parado
del todo. Tengo muchos proyectos.
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