Nacidos en las décadas de los cuarenta y cincuenta, fueron artistas
que crearon una obra conectados con los lenguajes contemporáneos
del mundo occidental porque no vivieron aislados ni al margen de
las tendencias, como sucedió con la plástica isleña en la primera
mitad de siglo. Ahora, la Conselleria de Cultura del Govern les ha
unido en una exposición, titulada «Desaïllaments», con la intención
de exportar su trabajo. El próximo día 23 la muestra se inaugurará
en el centro Santa Mònica de Barcelona.
La lista seleccionada según el criterio de Guillem Frontera, de
quien partió la idea y el concepto de la exposición, incluye el
trabajo de 17 creadores, dos procedentes de Eivissa, uno de Menorca
y el resto de Mallorca. Son Vicent Calbet, Rafael Tur Costa, Matias
Quetglas, Andreu Terrades, Guillem Nadal, Vicenç Torres, Rafa
Forteza, Horacio Sapere, J.M. Menéndez Rojas, Patxi Echeverría,
Joan Bennàssar, Antoni Socias, Ramon Canet, Àngel Pascual Rodrigo,
Ramon Canet, Maria Carbonero y Bernardí Roig, el más joven del
grupo.
Según Damià Pons, conseller de Cultura del Govern, ninguna
generación artística balear ha conseguido un «volumen tan enorme de
conexión con los lenguajes contemporáneos como los artistas nacidos
a partir de los cuarenta, con vivencias de formación compartidas
como el haber estudiado en Barcelona». «El criterio de Guillem
Frontera, que yo comparto, es el de que Eivissa fue la primera isla
donde los artistas fueron 'contaminados' por este lenguaje debido a
la presencia de artistas extranjeros», apuntó.
La exposición, que tendrá un catálogo, viajará a Roma, donde ya
se ha confirmado su presencia, y presumiblemente a Berlín. Pere
Muñoz, director general de Cultura, apuntó que se estudia su
exhibición en Palma y que la presentación barcelonesa contará con
la presencia de críticos y galeristas «que hemos contactado» como
parte del proyecto de proyección exterior.
Rafa Forteza, que acudió ayer a la presentación junto a Patxi
Echeverría, señaló que esta generación recogida en «Desaïllaments»
ha vivido un «desarriago agarrándose más a la tierra, nos une que
estamos en Mallorca». Es un amplio grupo que «culturalmente se va
de la isla, toma contactos, no espera que estos vengan aquí», dice
el pintor. «La actitud es residir aquí; 'soy provinciano pero no
hago provincia'». Fueron las personas quienes rompieron esa
situación de aislamiento en un lugar en el que, por su situación
geográfica y social, por el «flujo y la conexión», vive menos
aislado, resume Forteza. Ahora su arte sale y se contrasta en
Europa.
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