Álvarez del Manzano, Gómez Baeza, Anna Birulés, don Juan Carlos, Pep Pinya, su esposa, Isabel, y su hijo, Federico, en Arco 2002. FOTO: JOAN TORRES

TW
0
M.D. / J.T. El Rey inauguró ayer la 21 edición de Arco, Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid, una cita con la creación de vanguardia a la que también asistió a una comida el duque Lugo. En esta comida el coleccionista catalán Rafael Tous, que posee gran cantidad de obra de artistas mallorquines, recibió la «A» por su labor. La feria, que tiene como país invitado a Australia, se abre con «serenidad» y un «optimismo moderado» frente al mercado, como explicó la directora, Rosina Gómez Baeza. Siete galerías de Balears han viajado al parque ferial, donde también asisten con sus obras otros artistas isleños a quienes presentan galeristas de fuera del archipiélago, tanto nacionales como extranjeros.

Maior, Joan Guaita, Pelaires, Xavier Fiol, Altair, Ferran Cano, componen la representación de galerias mallorquinas y Van deerVoort la ibicenca. Todas llevan varias ediciones en su curriculum. El que se estrena es el Centro Cultural de Andratx; el Ajuntament de Pollença, invitado por Amigos de Arco; la UIB, en el apartado institucional de la feria y en el dedicado a las nuevas teconologías. Artistas como Ramon Canet y Joan Bennàssar exponen en las galerías Pilar Parra y Trama, respectivamente.

La presencia de don Juan Carlos, que desde hace unos años inaugura Arco en solitario, se notó mucho antes de la apertura oficial por las medidas de seguridad. La feria se cerró a la hora de la comida, durante dos horas, para todo el público excepto para los expositores, a quienes por megafonía se les pidió que permaneciesen en sus stand, un hecho inusitado en otras convocatorias.

Si en los años noventa hubo «mucho dinero que se refugió en el arte» con intención especulativa, dijo Gómez Baeza, «la situación ahora es distinta, porque los inversores apoyan el fenómeno artístico». Las últimas subastas y los buenos resultados de artistas españoles en el extranjero «que han obtenido récords de subasta significa buenos datos para el mercado español», añadió la directora, que también habló de estabilidad y crecimiento de la economía española como condiciones que, espera, favorezcan la venta.

Los galeristas Ferran Cano, Pep Pinya, Jerònima Martínez y la ibicenca Caty Verdera, veteranos en Arco, se mostraban espectantes pero optimistas. Han acudido a otras ferias europeas y saben como va el mercado. «Los inversionistas importantes se van a los grandes maestros y el coleccionista más joven al arte emergente de calidad, los artistas del futuro», dijo Pinya. Cano, que estuvo en París y Berlín, habla de «incógnita», Martínez ya mantuvo contacto con representantes de grandes colecciones.