El escritor Antoni Serra está a punto de publicar con la editorial
Moll el segundo volumen de sus memorias, en este caso las dedicadas
a su vertiente como periodista que, bajo el título de «No hay
cuarto poder», hace un recorrido por sus vivencias y experiencias
en el mundo de la prensa gráfica «con mucha ironía». Después de un
primer tomo dedicado a la política aparece este segundo, que será
seguido en breve por uno tercero dedicado a su vertiente de
escritor.
"Usted tiene fama de ser un escritor muy crítico.
¿Podremos comprobarlo aquí?
"Sí, éste es un libro
muy crítico, pero también es irónico y satírico. Yo no me considero
un escritor polémico, pero probablemente habrá mucha gente que se
sentirá ofendida con estas memorias. A mí eso no me preocupa,
porque hago lo que creo que he de hacer.
"¿Qué quiere transmitir con estas
memorias?
"Quiero reflejar los cambios que ha
sufrido el mundo de la prensa, y mi desencanto en lo que concierne
al periodismo actual y todo eso se pone de manifiesto en la manera
en que cuento las cosas, desde mis inicios hasta el año 1961.
"¿Cuáles son los cambios de los que trata en su
libro?
"Para mí se ha producido un cambio
sustancial, antes los periodistas informaban para formar, hoy no
hacen ni una cosa ni la otra. El periodista actual tiene pocas
posibilidades de buscarse la vida como hacíamos antes. Las
redacciones en mi época eran más libres y los periodistas llevaban
una vida más bohemia.
"En la época de la que habla existía la censura. ¿No
cohartaba ésta su libertad?
"El franquismo nos
obligaba a hacer un periodismo mucho más vivo para burlar la
censura, incluso lanzaban mensajes escribiendo con acrósticos.
Antes la censura era política, religiosa y social, pero, hoy día,
existe también una censura de empresa, de economía y de moda. Pese
a todo, teniendo conciencia social eras más libre durante la
dictadura que ahora en una democracia «reformada». Todo eso es lo
que intento demostrar, con humor, pero con dureza.
"¿No es posible, pues, volver al periodismo que
practicaba usted?
"Actualmente el mundo de la
cultura y de la prensa es muy mediatizado. Se han perdido los
espacios de prensa, se distrae la información y todo se homogeneiza
en función de Norteamérica, y para mí eso es la muerte del
individuo. Ahora tendría que inventarse un nuevo tipo de
periodismo, de resistencia. El problema es que para practicarlo
tiene que renunciarse a muchas cosas, y ahora la influencia y el
dinero son elementos a los que la gente no renuncia fácilmente.
"¿Y el prestigio?
"Creo que no es posible
tener prestigio en el mundo del periodismo. De todos modos, antes y
ahora ha habido corifeos del poder y del mundo político a quienes
se hace creer que sí tienen un cierto prestigio. A la hora de la
verdad el prestigio está en el trabajo que haces, y que éste sea
bueno. Para mí, lo único válido es la satisfacción del trabajo bien
hecho, y no veo por qué no puede tener prestigio y reconocimiento
alguien que barra calles y lo hace bien.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.