A los niños les atrae todo lo que sea creativo, lleno de color y
movimiento, divertido y atractivo. Por eso se miran como en un
espejo en las obras de Miró, aunque por desgracia nuestro sistema
educativo no introduce a los estudiantes en el ámbito del arte
hasta edades muy avanzadas. Por eso cualquier iniciativa que
consiga que los pequeños se enamoren de la cultura y del arte debe
ser bienvenida.
«Vine, aturarem el temps» ha sido la última propuesta didáctica
de la Fundació Miró de Palma para acercar el arte del genio catalán
a los más pequeños. Mercedes Estarellas se ha encargado de ejercer
por unos días como monitora, dejando un poco de lado las telas y
los pinceles, elementos entre los que se mueve en su vida cotidiana
como artista. «Ha sido una experiencia muy satisfactoria y
sorprendente "asegura" porque los niños no tienen prejuicios y se
acercan a la plástica con una mentalidad muy abierta».
Mateo Agostini se ha encargado de explicar a los chavales
conceptos nada fáciles, como trazo, gesto y movimiento, además de
la relación que el pintor tenía con la música delante del cuadro
«Femme espagnole». Después de la teoría viene la práctica y ahí es
donde Mercedes hizo que los niños escucharan música y bailaran, en
un ejercicio que pretendía enlazar el espíritu de las distintas
artes.
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