El Casal Solleric de Palma acoge esta noche la triple inauguración
con la que se abrirán al público la exposición «Pere Bennàssar.
Obres 1986-2002» y las instalaciones «Piss-class i zancudos», de
Lluís Vidal, y «Dríade», de Núria Solsona. La muestra de Pere
Bennàssar, comisariada por Ferran Barceló, recoge los trabajos que
el pintor felanitxer ha llevado a cabo a lo largo de casi dos
décadas. De esta manera, se ven en la planta Entresol del Solleric
una serie de lienzos de gran formato y diez cerámicas.
Bennàssar aseguró ayer durante la presentación que «es una
sensación muy agradable el haber recuperado estas piezas», a la vez
que puso de manifiesto que todas ellas tienen como denominador
común «el alma y lo que implica la fuerza natural de la creación.
Yo soy un creador que crea para saber por qué lo hace. Para mi en
un cuadro hay siempre lo que se ha pintado y la historia que hay
detrás».
En cuanto a las cerámicas, el artista pone de manifiesto que
«desde siempre he trabajado la cerámica y para mi es el arte más
puro porque se hace directamente con las manos». Es por esto que
lamenta que se diferencie entre «artista y artesano». En cuanto a
Lluís Vidal (Barcelona, 1970), en «Piss-class i zancudos» muestra
una serie de personajes con cuerpo de bebé y actitudes de adulto
con los que trabaja desde 1996. La instalación, hecha con resina de
poliuretano, muestra una clase habitada por estos seres en
diferentes posturas y actitudes propias de los adultos, dando lugar
a escenas inquietantes.
Junto a éstos están los «zancudos», personajes con la cara del
artista que, sobre unos zancos y con los ojos tapados, plantean la
«fragilidad de vivir sobre la realidad y sin saber dónde vas». En
cuanto a Núria Solsona (Lleida, 1972) invade el Espai Quatre con
una instalación que es una personal recreación del mito de las
dríades.
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