El aljibe hallado en el interior del Baluard de Sant Pere, una
impresionante construcción medieval que volverá a ser reutilizada
en el siglo XXI, sorprendió a los integrantes de una comisión del
Consorcio del Museu d'Art Modern i Contemporani (MAMC) que visitó
las obras anteayer por la tarde. En un recorrido por el interior de
este recinto amurallado, que nace con vocación de convertirse en un
centro de referencia del arte contemporáneo en el mediterráneo, los
visitantes conocieron este espacio, hasta el momento sin acceso.
Las obras han permitido la limpieza del aljibe, que fue hallado
en el subsuelo del recinto gracias a las catas arqueológicas
preceptivas en las obras. En su origen fue utilizado para albergar
el agua que abastecía a los barcos de la bahía, y contaba con una
capacidad de almacenamiento de más de tres millones de litros. La
construcción, cubierta por una bóveda de cañón, tiene unas medidas
de 35 x 10 x 9.
El equipo de arquitectos que ha diseñado el MAMC la ha integrado
en el proyecto y se utilizará como sala multifuncional que podrá
albergar exposiciones temporales, recepciones o actividades
musicales, dependiendo de las necesidades. Será uno de los espacios
más importantes del edificio. Entre el grupo que recorrió las obras
y el aljibe estaban Rafael Vidal, concejal de Urbanismo de Cort;
José Antonio Esteban, delegado de Dragados; Miquel Llabrés,
propietario de Llabrés Feliu, que junto la empresa anterior forma
parte de la UTE que ganó el concurso de adjudicación de las obras;
Francisco Puig, directivo de Llabrés Feliu; Josep Ferrer,
secretario del Consorci, y los arquitectos Luis García-Ruiz y
Vicente Tomàs, dos de los cuatro arquitectos autores del proyecto,
entre otros.
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