A Tudanca se le puede ver por cualquier rincón de Mallorca que
tenga «fuerza y contraste» pintando acuarelas, una de sus pasiones.
Este fin de semana ha inaugurado su primera exposición íntegra en
esta técnica mediante la que capta la realidad con un estilo
personal, a medias entre la figuración y la abstracción, una
característica también de su pintura. Su obra se puede ver en la
galería Bennàssar de Pollença.
Tudanca ha titulado su exposición, que ocupa todas las plantas
de la galería, con el poético lema «El olor de las higueras» y
asegura que es cierto, que cuando recorre la Isla en busca de un
motivo para sus papeles y acuarelas, siente ese perfume. Él sabe
mucho de paisajes, campo y mar. Tudanca, que no es un acuarelista
de caballete, instala sus materiales sobre la tierra misma o, por
ejemplo, las piedras del Puerto de Valldemossa, o en Cala Fornells
o en Formentera. «Pinto directamente del natural, que siempre me
sugiere un montón de cosas y me gustan los lugares de contraste
fuerte, tal vez porque nací en el Norte de España; la idea es
cántabra y la luz mediterránea», explica. El pintor asegura que
necesita esos ratos junto a la naturaleza, al aire libre, «para
limpiarme del taller».
Sus paisajes, a base de manchas y colores, acogen siempre
pequeñas figuras, muchas veces sólo sugeridos. «En mis acuarelas
siempre hay personajes con un mundo particular, gente que expresa
un movimiento». Tudanca comenta que también hace fotografía, «hace
muchos años» y bocetos de esculturas, que aún no ha plasmado en
material, porque admira a los personajes ilustrados del
renacimiento «que trabajaban en muchas cosas».
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