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Los celos como únicos protagonistas y conductores de la trama desde el principio hasta el final. La infidelidad como última consecuencia, echar una cana al aire para lograr la atención de la pareja. La obra «Sé infiel y no mires con quién» recoge estos ingredientes y los traslada a la comedia, transformándola en «un caos, un jeroglífico», según Joaquín Kremel, protagonista de la pieza que se estrenó ayer y que podrá verse hasta el 31 de marzo en el Auditòrium.

«Se trata de una función para que la gente se instale en la hilaridad», aseguró Kremel. La obra lleva desde 1998 paseándose por los teatros del país y terminará su recorrido en mayo tras pasar tres veces por escenarios mallorquines. «Después de tanto tiempo, la historia ya ha superado los límites de su posible catalogación y se ha convertido en una comedia del arte», dijo Julia Torres, la otra protagonista.

Las continuas repeticiones de la misma narración podrían hacer que cundiera el «tedio» entre los actores. «Estoy tan experimentado en 'Sé infiel y no mires con quién' que conozco todos sus resortes», por ello, «existe la obligación de mantenerse creativo para que cada función cobre vida», en palabras de Kremel. De esta manera, la historia no aburre a sus protagonistas. «Siempre salimos a escena pensando qué ocurrirá de extraordinario durante la función», afirmó Torres.

El caos de la obra se basa en «los comportamientos absurdos de los humanos ante los celos», según Torres. «Todos los personajes viven inmersos en el pánico por su obligación de mentir», explicó Kremel. La trama se centra en un matrimonio en crisis, en el que la mujer decide vengarse de un marido infiel siendo, a su vez, infiel al esposo. «No se trata de una comedia basada en la actualidad, es atemporal», en palabras de Kremel.