Rafa Forteza aparece junto a una de las obras que se exponen en el Casal Solleric. Foto: JOAN TORRES

TW
0

En 1987 el pintor Rafa Forteza inauguraba en el Casal Solleric, entonces llamado Palau Solleric, una exposición que llevaba por título «A los ojos». Hoy, 15 años después, este artista vuelve a ocupar toda la planta noble de este centro expositivo con una selección de un centenar de obras realizadas en los últimos diez años y que ha reunido bajo el título genérico de «Caps-es». La muestra, comisariada por Gudi Moragues, se inaugurará hoy, a las 20.00 horas. Rafa Forteza presentó ayer la exposición, que, según sus propias palabras, «me ha permitido ver toda esta obra junta, enfrentada, por vez primera». Es de esta manera como un repaso a la muestra permite descubrir que en la obra de Rafa Forteza hay una evolución, pero también muchas permanencias.

Sobre la evolución explicó que «en estos últimos diez años en lo que más he cambiado ha sido en el hecho de que yo antes miraba más con dos ojos y ahora lo hago sólo con uno. Este hecho me ha permito enfocar, afinar la visión». Añadió que «en esta década también ha cambiado mucho la actitud de la gente ante mi obra». Pero a la hora de hacer un balance de la trayectoria también habló el artistas de las permanencias. Afirmó que «las ideas son las mismas, no han envejecido de manera similar a como ha envejecido la persona que está detrás de todas estas obras. Los conceptos no han envejecido. Como decía Séneca, en todos estos años he seguido utilizando la elegancia de la razón». Y añadió: «En todos estos años he estado rigiéndome por una frase que me dedicó José Àngel Valente: Estar/estarse».

Sobre su obra, Rafa Forteza la comparó con la poesía. Dijo: «No es una obra narrativa. No explica nada directamente. Sólo induce al espectador y deja que la narración esté en cada uno de los espectadores. Como hace la poesía». Para Rafa Forteza, esta exposición será como un punto y aparte. Lo explicó: «Siempre he distinguido entre trayecto e itinerario. Este último tiene un punto de partida y otro de llegada, mientras que el trayecto es lo que hay en medio. En este sentido, para mi esta exposición es más un itinerario. No quiere decir que haya llegado al final, que no piense pintar más. Lo que ocurre es que es el final de muchas cosas. Cierra algunos caminos que había recorrido hasta ahora».

La comisaria de la exposición, Gudi Moragues, manifestó por su parte que «cap» y «capses» son palabras «que tienen una relación analógica. Ambas definen espacios de contención. Aunque en este caso Rafa Forteza esgrime el lenguaje como plataforma de análisis, para llevar el raciocinio más allá, y formula la dicotomía de usar los caps y las capses, no como recipientes o úteros, sino como perímetros y superficies, como testimonios de memorias que perfilan el interior, es decir, la identificación natural del hombre». La muestra está distribuida en función de las distintas salas que forman la planta noble del Casal Solleric. En la sala principal están las piezas de gran formato. Después hay otras salas en las que hay obras reunidas en función de las distintas lecturas que Rafa Forteza hace de su obra.

También hay una sala dedicada a la obra gráfica, en la cual el artista es un gran experto. En otras dos se muestran una serie de esculturas, una de sus últimas creaciones. Con un trabajo derivado de estas esculturas se presentan también dos instalaciones. La exposición se cierra con una sala en la que se expone una serie de capses pintadas y otra que contiene 40 dibujos sobre papel de pequeño formato que llevan por título «Cala Figuera». En ella, el autor hace un retrato de su alma y presenta la esencia de todo lo que es su obra pictórica.