Después de esperar más de un mes, Taula Rodona Teatre pudo
representar en la mañana de ayer el tradicional «Via Crucis» de
Llorenç Moyà. Debido al fuerte temporal de Semana Santa, este
espectáculo, que se realiza puntualmente hace 17 años, no pudo
escenificarse en Viernes Santo y tuvo que ser aplazado.
Con una puntualidad de lujo, a las doce del mediodía, Palma
vivía su habitual «Via Crucis» con escasa participación ciudadana
en comparación con años anteriores. Dos novedades para esta cita:
un nuevo escenario y un nuevo Cristo. A causa de las obras de
remodelación de la Seu, esta representación fue desplazada hasta el
parque de sa Feixina. La gran separación entre los distintos
escenarios provocó el difícil seguimiento de la obra.
Moisés Requena fue la nueva cara de Cristo. Pese a no contar con
experiencia previa como actor, estuvo a la altura de las
circunstancias. Este joven consiguió la máxima expresividad
corporal, al igual que sus compañeros de reparto. Bajo la dirección
de Bernat Pujol, los actores se pusieron en la piel de los
protagonistas de la agonía de los últimos días de la vida de
Jesucristo y representaron con gran dramatismo las catorce
estaciones, amenizadas por la camaleónica voz de Dounia
Hedreville.
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