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La iglesia de Santa Creu, situada en la plaza de la Puerta de Santa Catalina, acogerá un museo de arte sacro. Esta iniciativa quiere ser el punto de partida de una red de museos eclesiásticos que se articularía entre las iglesias más significativas de la ciudad. Al frente de la propuesta se encuentra la Conselleria de Turisme.

Hace seis meses Miquel Aireo se hizo cargo de la rectoría de Santa Cruz, la segunda parroquia más antigua de Palma "creada el 1236" y ante la gran cantidad de tesoros que custodiaba decidió poner en marcha este proyecto, encontrando buena colaboración desde la referida conselleria. El museo se ubicará a la planta baja de la rectoría y tendrá acceso directo por la calle de Sant Llorenç. El recinto se articulará a partir de dos salas, contiguas a la cripta. Esta bella edificación, situada bajo el ábside del templo, fue construida el primer cuarto del siglo XIV y es de planta cuadrada con bóvedas de ojivas y rodeada por un deambulatorio de cinco pasos. Después de la visita en la cripta el itinerario se completará con el acceso por una escalera al interior de la iglesia.

A estas alturas las obras están a punto de acabar y Turismo ya tiene un informe sobre la mesa en el que se detallan las obras de que se dispone para incluir en el museo. El estudio ha sido elaborado por los historiadores de arte Aina Pascual y Jaume Llabrés.

Gran parte de la obra del templo proviene del mecenazgo de las familias Salas y Sureda, del general Barceló y del cardenal Despuig. Entre ella se reseñan tallas escultóricas del románico, custodias de gran valor en oro y plata, pinturas de Giuseppe Dardone, y un fondo bibliográfico de importancia. Miquel Aireo puso en relieve la pretensión que este nuevo espacio guarde relación con la significación que tuvo antiguamente la barriada, «entre el sentir marinero y los grandes comerciantes de la ciudad», que permite realizar una revisión histórica sobre la identidad ésta.

Las negociaciones para llevar adelante este proyecto entre la rectoría del templo y Turismo está previsto que se ultimen en las próximas semanas. La idea, según Miquel Aireo, es que parte de los visitantes que pueda recibir el museo d'Art Modern y Contemporani, ubicado en el Baluard, también pasen por este recinto. Hace falta cerrar aspectos como quién se hará cargo del mantenimiento y de su gestión. La puesta en marcha puede ser en verano.