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HÉCTOR ALEMANY El flautista francés Maxence Larrieu ofreció una clase magistral en el Conservatorio Superior dentro de las Jornadas de Instrumentos de Viento. Una buena base técnica, disciplina en el trabajo y mucha imaginación son algunas de las cualidades necesarias para llegar a ser un gran flautista, explicó Larrieu, que alterna sus conciertos con la enseñanza en el Conservatorio Superior de Ginebra y Lyon.


«El profesor debe trabajar como un médico y diagnosticar fallos de los alumnos como la posición de los dedos o la respiración», dijo. En el escenario, una alumna aventajada, Arantxa Riera, de 25 años, que lleva 13 años tocando la flauta. Tuvo el privilegio de ser la escogida para practicar junto al solista una partita en La Menor de Bach. «Me ha parecido interesantísimo tocar delante de un músico de este nivel», confesó.

Josep Palou, jefe de estudios, apuntó: «Es un momento único para nosotros y debemos llenar este centro en el futuro con acontecimientos como éste». Ayer también se presentaron los nuevos modelos de instrumentos de viento, entre los cuales destacó la flauta de madera de una conocida marca japonesa. Como curiosidad, su precio es de 10.000 euros.