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La vida de Villangómez puede ser relatada a través de las palabras que el poeta inmortalizó en todos y cada uno de sus libros. Pero, además, la fotografía nos ofrece la posibilidad de seguir sus pasos a lo largo del pasado siglo. Desde la inocencia de su imagen, aún niño, disfrazado junto a su hermano mayor, a la adolescencia y madurez de un autor que ha marcado para siempre a las letras ibicencas.

De hecho, su propia vida en imágenes fue publicada por la Editorial Moll en 1995 en el libro «Fotobiografía de Marià Villangómez», libro al que pertenecen las imágenes que acompañan a esta página. En este volumen, prologado por el poeta Jean Serra, Villangómez explica en primera persona algunas fotografías seleccionadas de su vida, como, por ejemplo, aquella en la que aparece frente a la esfinge de Gizeh, tomada por su hermano Alejandro. En el libro, Villangómez recupera un pequeño texto situado en el reverso de la imagen que dice: «Qui de tots dos és més Esfinx?».

También figura uno de los momentos importantes en la vida del poeta, aunque en la imagen no aparezca el protagonista. Se trata del acto celebrado en 1984 en el Saló de Sant Jordi de Barcelona y en el que se impuso al poeta ibicenco la Creu de Sant Jordi. Desgraciadamente, problemas de salud le obligaron a permanecer en Eivissa y fue su sobrina Sonya Villangómez (quien aparece en la fotografía) la encargada de recoger el galardón.

El encuentro de dos grandes escritores, Josep Pla y el propio Villangómez, también fue inmortalizado por una cámara, en este caso en Copenhague, al coincidir ambos en un crucero por el Mar del Norte. Lejos quedaba ya esa fotografía tomada en Vara de Rey de un joven Villangómez junto a Cosme Vidal Llàser y Aquilí Tur Oliver, todos ellos amantes de las letras.

Otro reconocimiento por parte de las instituciones también tiene su lugar en la memoria fotográfica de la vida de Marià Villangómez. Se trata de la concesión, por parte del Consell Insular, de la Medalla d'Or, acto celebrado en la antigua sede del Consell con la presencia del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y el entonces presidente del Govern balear, Gabriel Cañellas. La imagen fue tomada en el momento en el que el poeta leyó su agradecimiento.

La imagen del poeta ibicenco permanecerá, junto a sus libros, viva en la memoria y en la historia de las Pitiüses.