Los problemas vuelven a cernirse sobre la Fundació Teatre Principal
que, en su primer año de vida, ya acumula tres dimisiones en menos
de dos semanas. A la de Joan Gomila, gerente del teatro nombrado
por la consellera Maria Antoni Vadell, se unió ayer la del
escenógrafo Rafael Lledó, responsable del Àrea Artística, y la de
Mercé Guinart, de producción ejecutiva de montajes.
Lledó y Guinart formaban parte del equipo de Gomila y, al perder
éste la confianza de Vadell, han considerado que la postura «más
ética» era la dimisión, como comentaron. Tras una reunión de crisis
celebrada ayer, Vadell ha nombrado una comisión gestora para regir
los destinos de la Fundación. De ella formarán parte dos personas
de la casa, Pere Caminals y Francesc Bonnín, junto con Eva
Martínez.
Tras anunciar su dimisión, Rafael Lledó explicó que «yo era
asesor de Joan Gomila y las decisiones las hemos tomado
consensuadas, por lo que también son responsabilidad mía». Algo
similar a lo que explicó Guinart, a quien Lledó había integrado en
el equipo. «Al dimitir ellos no tuve dudas», añadió. Lledó comentó
que su dimisión no interferirá en su trabajo como escenógrafo y que
seguirá en «Carmen» y «Desbarats». Con estos tres profesionales se
van las nuevas caras que se incorporaron al teatro al crearse la
Fundación, excepto Eva Martínez, que se encarga de la parte
económica, y persona de confianza de la consellera.
También continúa Xisco Bonnín, responsable del Àrea Musical, que
ya pertenecía a la familia del Principal como director de los
coros. Según ha podido saber este diario, durante las
representaciones de «La Bohéme» el personal del teatro vivió su
propia catarsis de pasiones casi con la misma tensión que la
historia que se narraba en el escenario, un mal principio para un
proyecto que, de momento, no parece consolidado.
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