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Armando García, director artístico del Concurs Internacional de Canto Francisca Cuart, acaba de regresar de Italia de un viaje de trabajo en el que ha dedicado buena parte de su tiempo a escuchar cantantes. Sus relaciones profesionales con la lírica de dicho país le permiten asegurar que el gran teatro de ópera por excelencia está interesado en este certamen mallorquín, creado en memoria de la que fue soprano, profesora de canto y directora del Conservatorio.

Armando García, que asistió a su primera sesión de ópera cuando era un niño, y que ha transmitido a sus cinco hijos el gusto por el bel canto, asegura: «La vida lírica mallorquina es imparable». Son palabras de quien, desde joven, dedicó su tiempo libre y ahorros a recorrer los mejores teatros de ópera del mundo tras sus ídolos, especialmente Renata Tebaldi. Después de 20 años la pasión acabó convirtiéndose en profesión. «No soy un agente», dice, porque no le gusta la parte «fría» la del negocio. Se considera «un asesor».

Experto en concursos de canto, en los que, sobre todo en Italia, ha sido jurado en muchas ocasiones, su ilusión es llevar el «Francisca Cuart» a lo más alto. «La Scala tiene una escuela de perfeccionamiento y sus responsables están interesados en colaborar con nuestro concurso», asegura. Esta escuela busca «proyectarse fuera de Italia en tres continentes, Europa, América y Asia» y del primero sería Mallorca el lugar elegido. ¿Por qué interesa esta Isla a un teatro como la Scala? «La Scala es suficientemente conocida, lo que quieren es lanzar su escuela de perfeccionamiento», explica García. «Saben que Mallorca es una tierra con la suficiente proyección internacional como para que cualquier acto que se celebre aquí se hable de él en toda Europa; al mismo tiempo, en lo que se refiere a la música lírica, no resulta excesivamente comprometido como para que un resbalón pudiera ocasionar consecuencias nefasta. Por ejemplo, el pueblo italiano donde nació Verdi sólo tiene 40.000 habitantes, pero, allí, un resbalón les resultaría fatal».

Para que Mallorca se relacione con la Scala, «las autoridades deben mentalizarse de la importancia del asunto; el concurso como tal camina con paso firme y necesita que las altas esferas lo apoyen, ahí está el suspense», dice. En una próxima reunión que se celebrará en breve se verá qué sucede. De momento, desde Milán ya se ha manifestado por escrito este interés, comenta García. «En la pasada edición del concurso tuvimos un golpe de buena vista al invitar como presidente del jurado a Giuseppe Montanari, asistente de Ricardo Mutti, director de la Scala». La buena impresión que el maestro Montanari se llevó del certamen dio sus frutos. Para Armando García, el trabajo de quienes integran la comisión organizadora ha sido fundamental en la buena marcha de las ediciones celebradas y en las felicitaciones recibidas.

En un rápido repaso a la lírica local asegura que el Teatre Principal, aunque «se haya equivocado, porque quién no se equivoca, ha hecho mucho si sumamos todo, y Xisco Bonnín, si le dejan, llevará a cotas importantes el mundo lírico mallorquín; en Italia se habla de él, se le conoce y 'La Bohème', una ópera difícil, la tuvo todo el tiempo en las manos».