Una exposición retrospectiva que se inaugura esta tarde en el Casal
Solleric retorna a la actualidad la obra del artista Pere Quetglas
«Xam», fallecido el 11 de marzo de 2001. Todos los soportes por los
que se interesó ocupan un espacio en la planta noble del centro,
donde también se exhiben las telas en las que trabajaba antes de
morir y los dibujos que hizo en un bloc cuando ya se encontraba muy
enfermo. Unas y otros son reflejo de una personalidad inquieta, un
buscador de nuevos caminos en su plástica que nunca permanecía
quieto.
La muestra es también un reflejo del «Xam» dinamizador de la
cultura en la Mallorca de postguerra y décadas inmediatamente
posteriores, el impulsor de iniciativas literarias, artísticas, el
galerista innovador o el docente que estimulaba a los alumnos. Como
profesor le recordó ayer Biel Sagristà, de la CAM, patrocinadora de
la muestra, alumno suyo en el colegio de Montesión: «Su clase de
dibujo era la más esperada, le llamábamos don Xam». Y Carmen Feliu,
concejala de Cultura de Cort, destacó la «coherencia y lucidez de
su trayectoria».
Monserrat América, experta en la obra de «Xam», ha comisariado
una exposición ya programada en vida del artista. En ella no faltan
aquellos cuadros últimos, algunos aún sin firmar, mediante los que
el pintor quiso acercarse a las nuevas tecnologías, collages de
gran formato en los que, entre otros materiales, utilizó circuitos
de ordenador, los chips.
«Xam» pensaba que era demasiado mayor para el uso de las nuevas
tecnologías aunque no le era ajeno un claro afán por la actualidad,
por incorporarse a ella, explicó la comisaria, reflejado en la
informática. «Como creía que no podía utilizarlo, lo que hizo fue
desmontarlo». Monserrat América se refiere a un ordenador que un
día cayó en las manos del pintor, grabador y dibujante. Y tras
desmenuzarlo lo convirtió en elemento plástico al lado de trozos de
telas, maderas y materia, mucha materia.
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