La memoria y la obra de Pere Quetglas «Xam» convocaron ayer en el
Casal Solleric a muchos artistas, amigos, familiares y autoridades.
Todos querían recordarle. Y qué mejor forma que contemplando la
exposición antológica que se inauguraba en el centro a cuya
inauguración asistió la viuda del pintor, Consuelo del Ser.
Si en la planta noble del Solleric se cuelgan las telas,
dibujos, caricaturas, obra gráfica, planchas, murales y dibujos de
«Xam», creador que en su tiempo rompió moldes, en el Espai Quatre
se inauguró una instalación de Florentino Díaz, otro artista que no
renuncia al compromiso con la vida y el arte. Así lo expresa en «El
jardín afgano en la casa de Gropius». Dos creadores distintos, dos
obras opuestas, dos épocas y dos mundos radicalmente diferentes y,
al mismo tiempo, dos miradas críticas que cuestionan. Fue una
inauguración que, además de para el encuentro, los saludos, el
disfrute de la creatividad y de las burbujas del cava, que siempre
animan, llamaba a la reflexión.
También fue una cita en la que Pere Muñoz, alcaldable de Palma,
dio su primer paseíllo cultural como contrincante de Fageda.
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