Joan Fageda, alcalde de Palma, y Carme Feliu, concejal de Cultura
del Ajuntament, mantuvieron ayer por la mañana una reunión con
Emilio Fernández Miró y Joan Punyent, nietos de Joan Miró. Fue el
primer encuentro que se celebra tras la situación creada por la no
renovación de contrato de Aurelio Torrente, director de la Fundació
Miró, que finaliza el próximo 31 de agosto.
La decisión municipal de prescindir de su trabajo dentro de un
mes se adoptó tras la redacción de una carta por parte de los
trabajadores de la Fundación, en la que criticaban «el trato verbal
y la falta de respeto» mantenido por Torrente con el personal
laboral. Unos días más tarde, la comisión de Gobierno de la
Fundació anunciaba un acuerdo entre las partes que incluía la no
renovación del contrato. Este decisión motivó una segunda,
procedente de la familia Miró, que anunció la retirada de obra de
la entidad si el contrato de Torrente no era renovado.
Joan Fageda, Emilio Fernández y Joan Punyent se reunieron ayer a
las 10.00 horas a puerta cerrada por espacio de una hora. «Estamos
buscando una solución consensuada entre las dos partes. Ha sido una
reunión cordial y normal. Se seguirá teniendo contacto más
adelante, bien por teléfono o en otros encuentros», afirmaron
fuentes del Ajuntament de Palma.
Por su parte, Joan Punyent tampoco quiso desvelar los aspectos
centrales de la reunión y se limitó a explicar que «no puedo decir
nada. Estamos trabajando el tema, nada más. Hemos hecho un pacto de
silencio», afirmó. Las discrepancias surgidas entre la familia Miró
y Cort deberían solventarse antes de que termine agosto, cuando
finaliza el contrato de Torrente.
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