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«Será como una alfombra de luz que se reflejará sobre las aguas». Con esta poética definición, el ingeniero y arquitecto valenciano Santiago Calatrava se ha referido al proyecto que realizará en Venecia. A los numerosos puentes que dan personalidad a la ciudad de los canales se sumará ahora el imaginativo proyecto de Calatrava: un cuarto puente para el Gran Canal, cuyo coste rondará los cinco millones de euros.

El emplazamiento que se ha previsto para el puente irá desde el Piazzale Roma, donde se encuentra el gran aparcamiento de la ciudad, hasta una zona en la otra orilla destinada a convertirse en un nuevo centro administrativo. El puente describirá un arco de 91 metros de largo y tendrá una anchura de entre 6 y 9 metros. En el centro habrá una especie de plataforma semitransparente desde donde admirar el panorama. Su característica principal es que tanto los escalones como los bordes laterales de la estructura serán de vidrio.

Para los venecianos se trata de una auténtica revolución, ya que su estilo tradicional contrasta con las técnicas y procedimientos modernos (la mayoría de los puentes venecianos datan del siglo XVIII).

Calatrava cuenta con un extenso currículum avalado por galardones como el premio de Arte de la Ciudad de Barcelona y la Médaille d'Argent de la Récherche et de la technique de la Academia de Arquitectura de París, así como el Premio Príncipe de Asturias.