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GABRIEL SABRAFÍN - OVIEDO
El pasado viernes y en el Auditorio Príncipe Felipe, de Oviedo, la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias bajo la batuta de su titular, Maximiano Valdés, se presentó la obra «Música para Orquesta núm. 1», original del compositor de Felanitx Josep Prohens. La partitura, estrenada hace diez años en el Auditòrium de Palma por la Simfònica de Balears, abrió un programa de concierto en el que, además, figuraban «Noches de verano», de Berlioz y la Quinta Sinfonía de Beethoven.

A lo largo de los 18 minutos de orquestación y sin sujetarse a ninguna servidumbre condicionada por un enunciado concreto, Prohens realiza un ejercicio sinfónico completo, partiendo de un motivo que desarrolla a modo de extensa variación estructurada sobre una propuesta clásica, explorando de manera progresiva el conjunto de posibilidades abiertas ante él. Un evidente clímax ascendente hasta su culminación en una coda recapitulativa, obtiene calculados efectos sonoros de indudable impacto.

Prohens, al igual que en sus otras Músicas para Orquesta», apuesta también aquí por una estructura asequible y de asimilación fácil con un eje armónico de expresión tonal lo que no le impide, en ocasiones, adentrarse en los terrenos de la atonalidad sin imponerla como manera única de redondear un trabajo. De todo ello resulta una composición que, aún escuchada por primera vez, se sigue con atención y sin esfuerzos innecesarios, de principio a fin. Por su parte, la Sinfónica del Principado de Asturias y su titular, el chileno Maximiano Valdés, fueron mucho más allá de una simple lectura. Tanto el director como los profesores a sus órdenes dejaron muy claro que la partitura había pasado por todos los tamices necesarios para ofrecerla sin fisuras. Así lo entendió el público, requiriendo la repetida presencia del compositor mallorquín sobre el escenario.