Dennis Oppenheim, en el transcurso de la entrevista, ayer en Ciutat, junto al catálogo de sus obras.Foto: JOAN TORRES

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IOLANDA PERICÀS
El artista estadounidense Dennis Oppenheim (California 1938), inaugura hoy, en el Centre de Cultura de Sa Nostra, de Palma, una muestra antológica que reúne alguno de sus trabajos más representativas. El escultor es el autor de la pieza de gran formato «Device tono Root out Evil», de 1997, que estuvo situada en la Puerta de Santa Catalina de Palma, a donde volvera una vez finalizadas las obras de la zona.

-Qué es lo que el espectador podrá ver en la exposición que presenta en Palma?
-La muestra reúne muchas de las obras de mi primera época, desde 1965 hasta principios de los setenta. En este periodo yo trabajaba eland art, grandes esculturas en espacios abiertos, y ebody art, que a menudo es grabado, y en el que se usa el cuerpo del artista en una performance. Las piezas de land art se muestran a través de fotografías y, además de los vídeos, habrá también algunas obras más recientes, de la década de los ochenta y noventa. Todos los trabajos vienen de centros y museos europeos.

-Se dice de usted que es un artista independiente, que trabaja por su cuenta sin relación con las galerías.
-Tengo alguna galería con la cual trabajo, pero es cierto que soy muy independiente y creo que no las necesito. Actualmente me dedico al arte público, a hacer grandes proyectos para espacios como aeropuertos, comisarías, bibliotecas, que no se venden en galerías. ¡Me gustaría mucho hacer una escultura por el aeropuerto de Palma, es tan grande!

-¿Ha trabajado siempre en este tipo de proyectos?
-Empecé pintando, sin embargo, rápidamente, me pasé a la escultura porque parecía ser mucho más adelantada. Estamos hablando de 1968, la pintura no se desarrollaba y la escultura sí que lo hacía en lo que ahora denominamos arte conceptual.

-He leído que usted es uno de los máximos exponentes del arte conceptual.
-Todo el mundo piensa de sí mismo que es importante, y los críticos dicen de cada artista que es el más destacado.

-No obstante, ¿cree que ha contribuido al desarrollo de esta forma de manifestación artística?
-Sí, creo que mis primeros trabajos eran particularmente importantes, porque era el nacimiento, la invención de un arte diferente por parte de un pequeño grupo de gente del que yo formaba parte.

-Lo que más se conoce en Mallorca de su obra son las esculturas de iglesias invertidas. ¿Puede explicarnos su significado?
-Aquello fue una etapa muy concreta de mi producción que ahora ha desaparecido, sin embargo, probablemente volverá.

-Ahora se presenta la primera antológica de su trabajo en Mallorca, ¿qué piensa cada vez que ve sus obras reunidas?
-He hecho muchas exposiciones antológicas desde hace mucho tiempo. La verdad es que, ahora, ya no siento nada especial. No obstante, al principio sientes una extraña emoción cuando ves todos tus trabajos reunidos, pero la emoción dura poco, te acostumbras.

-¿Conoce el proyecto sobre el nuevo Museu de Art Modern i Contemporani que se inaugurará pronto en Palma?
-Creo que es un proyecto maravilloso y, algún día, espero poder hacer allí una exposición.

-¿Cree que los museos son los lugares más adecuados como receptáculos del arte y para mostrarlo al público?
-Yo hago arte público, y el arte público no está en los museos, sino en la calle. Así y todo, creo que los museos son importantes. Hay mucha más gente que no va a los museos que la que sí va. En este sentido, pienso que el arte público es una forma de acercar las obras a esta gente que no las vería en un museo y que, sin embargo, las puede encuentrar a su paso en la calle.