TW
0

Desde principios de los años sesenta, Rebecca Horn ha estado creando un flujo de obra constituido por performances, films, esculturas, instalaciones espaciales, dibujos y fotografías. La crítica de arte Doris von Drathen ofreció ayer en el Museu d'Art Modern i Contemporani de Palma Es Baluard la conferencia «El movimiento en el trabajo de Rebecca Horn», en la que explicó la iconografía de la artista alemana, que surge de la precisión aplicada a la funcionalidad técnica y mecánica que utiliza para poner en escena sus obras en un espacio y un tiempo determinado.

Doris von Drathen inició su charla afirmando que «cronológicamente, la obra de Rebecca Horn se desarrolla en una línea lógica en la que cada trabajo genera el siguiente». Añadió que «en su trayectoria, la experiencia personal está intrínseca. No hay una influencia real de la historia del arte, Horn crea su cosmos desde cero, desde la nada. En su trabajo resalta, así, la supresión de cualquier convención establecida».

De este modo, Drathen realizó un exhaustivo recorrido por la obra de Horn, desde sus primeras performances hasta su última instalación, «Luz aprisionada en el vientre de la ballena», que se exhibe en el Aljub de Es Baluard. En esas obras iniciales, generadas en los años setenta, conocidas como body extensions, la autora explora el equilibrio entre el cuerpo y el espacio, así como en su vulnerabilidad, surgida de su experiencia personal con la enfermedad y la postración, «un periodo que se rebelaría de importancia capital para su futuro como artista». Drathen definió estas piezas como «portadoras de imágenes poéticas, pero siempre acompañadas de un gran ejercicio técnico».