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J.M.AGUILÓ/M.DÍAZ

La empresa que trabaja para Emaya en la calle Bisbe Campins de Palma, donde cinco arcos de la Sèquia de la Font de la Vila quedaron medio destruidos debido a la apertura de una zanja, deberá contratar a un arqueólogo para que evalúe los daños en este elemento patrimonial e informe al Consell de Mallorca sobre si las obras pueden continuar o no. Serán los técnicos de Patrimoni Històric de la institución insular los que finalmente levanten o no la paralización de los trabajos, detenidos de palabra desde el pasado viernes a raíz de la petición efectuada por Emaya al Consell.

El conseller de Territori del Consell, Bartomeu Vicens, envió ayer la orden oficial de paralización de la obra, en la que se exige la inmediata presencia de un arqueólogo, un aspecto que no se cumplió a pesar de que la calle Bisbe Campins es «zona arqueológica», como explicó ayer Joan Josep Mas, director insular de Patrimoni, y de que se conocía la probable existencia de la acequia en ese perímetro de la ciudad.

Por su parte, el portavoz de EU-EV en Cort, Eberhard Grosske, que denunció el caso, anunció ayer que en el próximo pleno del 29 de abril pedirá explicaciones al presidente de Emaya, Antoni Nadal, sobre las obras «que han destruido una parte de la acequia», que el Consell quiere declarar Bien de Interés Cultural. El portavoz del PSOE, Antoni Roig, recordó que en mayo de 2002 presentó una propuesta pidiendo la elaboración de la Carta de Risc Arqueològic del Casc Antic, «que fue rechazada por el equipo de gobierno».