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La editorial «Destino» acaba de publicar «Memorias de un general», la autobiografía de Valeriano Weyler, una obra que había permanecido inédita hasta hoy. Weyler pasa revista a su vida, empezando por los antecedentes familiares y acabando por el retorno al Mando Supremo en Cuba.

Curiosamente, el general mallorquín, que se ha convertido en el símbolo de la represión de los separatistas cubanos, confiesa en el libro que «repugna a mi condición de liberal, mantenida a lo largo de toda la vida, el uso de la violencia contra pueblos que aspiran, especialmente contra pueblos que aspiran a la independencia».

Weyler fue un personaje difícil de encasillar, explicó el profesor de Historia de América de la UIB, Antoni Marimon, para el cual no es coherente clasificarlo de conservador. Marimon, que recuerda divertidas y picantes anécdotas del general, resaltó que fue el único militar español de alta graduación del siglo XIX que no se sublevó nunca, al tiempo que señaló la mala relación que tuvo con Primo de Rivera los últimos años de su vida.

Carlos Seco Serrano, autor del prólogo, escribe: «Si hay una figura vinculada como un símbolo al problema de Cuba es sin duda la de Valeriano Weyler. La desinformación, convertida lugar común vulgarizado, ha dado lugar al mito y la mitificación, sea positiva o negativa, supone una falsificación de la historia». No obstante, el prologuista reconoce que las memorias interesan más «no por lo que suele identificarse con la gran historia», sino «por el detalle subjetivo que desvela insospechados matices de la intimidad del personaje».

La edición de «Destino» se cierra con un epílogo de su biznieta, María Teresa Weyler, dedicado a los últimos treinta años de vida del militar y con un apéndice documental. Weyler dictó las memorias a su hijo, Ferran, pero el enfrentamiento con Primo de Rivera, los inicios de la dictadura franquista y, finalmente, problemas de sus descendientes imposibilitaron la publicación.