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M.D./J.N./P.G.

La familia March Cencillo mantiene el enfrentamiento por el control de la Fundación Bartomeu March Servera iniciado con la destitución del director y el relevo del presidente. Manuel March y Marita March, hijos del fundador de la entidad, han decidido defender cada uno su postura con un cruce de acusaciones en el que los dos bandos claman por sus derechos para ocupar la presidencia del patronato.

Mientras Manuel March asegura en un comunicado que ayer por la mañana «se ha solicitado al Govern balear que la fundación sea cautelarmente puesta bajo su custodia debido al gravísimo peligro en que se encuentran importantísimos bienes del patrimonio público mallorquín», el sector mayoritario que lidera Marita March explica que «en febrero del 2004 ya se solicitó al Protectorado (del Govern) su intervención para poner fin a las irregularidades imputables a los otrora presidente y director», en alusión a Manuel March y Basilio Baltasar. Además, esta parte cuestiona la actitud de éste último al «situar el conflicto de su cese en los medios de comunicación».

Los bienes objeto de este conflicto son el cuadro de Goya «Duquesa de Osuna, la Condesa de Benavente» y el «Tríptico de Biniforani». Manuel March y Baltasar defienden que la pintura de Goya pertenece a la fundación, mientras que Marita March afirma que «le fue adjudicada a través de escritura pública de partición y adjudicación de herencia». En lo que concierne al tríptico medieval, la heredera de Bartomeu March justifica que «suscribió en 2000 el contrato de permuta del mismo por bienes que obran en poder de la fundación».

En otro punto de la disputa, Manuel March Cencillo ha ordenado llevar a trámite frente a los jueces «la invalidación de la reunión» del patronato de la fundación en la que se aprobó su relevo como presidente y el despido de Basilio Baltasar como director. El comunicado de la otra parte contesta que «Baltasar, consciente de la pérdida de confianza de cuatro de los seis miembros del patronato, tiene que abandonar de inmediato las instalaciones de la fundación y entregar las pertenencias, documentos y demás bienes que obren en su poder, habiéndosele requerido notarialmente al efecto». Manuel March y Baltasar señalan que «continuarán en sus cargos velando por el patrimonio fundacional».

El comunicado que defiende los intereses de la nueva presidenta dice en tono acusatorio que «se acordó nombrar a una compañía auditora para revisar las cuentas de 2001 a 2003», ya que la Fundación «no ha aprobado sus cuentas y balances desde el ejercicio de 2001». No menos recriminatoria es la declaración de Manuel March que afirma que «el único fin de la reunión del patronato irregularmente reunido es retirar la demanda interpuesta por la Fundación contra Marita para reclamar la devolución del Goya».