Dos divas de la ópera en una misma sala: María Callas y Teresa
Berganza. El Palau March acogió ayer noche la inauguración de la
exposición «María Callas: la divina», un recorrido por la vida de
la soprano estadounidense a través de unas 150 fotografías. La
muestra se incluye dentro del ciclo «MúsicaMallorca».
Vestida totalmente de rojo, demostrando su elegancia, Teresa
Berganza explicó su relación con María Callas. Se conocieron en
1958, en «Medea». La mezzosoprano tan sólo tenía 22 años y la
soprano ya era una estrella consagrada del bel canto. «Decían que
era altiva pero era una persona tierna, cercana y muy trabajadora»,
afirmó Berganza. Nada más verla supo que Callas era única. «En unos
días aprendí todo lo que después he ido entregando el resto de mi
vida al público».
En la sala de exposiciones del Palau March no cabía ni un
alfiler. Políticos y personalidades del mundo de la cultura
quisieron acompañar a Callas y compartir unos instantes con
Berganza. Del mundo de la política pudo verse a Rosa Estaràs, Pere
Rotger, Guillem Ginard, Rogelio Araújo, Toni Serra o Francisca
Bennàssar. Del mundo de la cultura, a Gabriel Janer Manila, Xisco
Bonnin, Rene Kollo, Lleonard Muntaner o Carles Molinet, entre
muchos otros. Era una noche especial, única, como sus dos
protagonistas.
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