Dos conceptos diferentes en una misma exposición. Ferran Aguiló
presenta en la galería Bennàssar de Pollença un recorrido por sus
últimas creaciones. Unas hablan de la saturación de los espacios
finitos y, las otras, son la representación matérica de los
pensamientos de Maimónides.
«Decidí dividir la muestra en dos para agrupar las esculturas
por similitudes», dijo el autor. Abajo se encuentran aquellas obras
que expresan «una preocupación por la destrucción del espacio».
«Hoy, todos buscamos nuestra individualidad en un espacio cerrado
en el que intentamos acomodarnos sin tocarnos unos con otros» .
Arriba, tradujo el ideario de Maimónides y «lo mucho que
sugería».
Sin embargo, Aguiló deja que sea el espectador el que defina
cada pieza. «La escultura es la más física de todas las artes, la
que expresa la materialidad de las cosas. El lector es libre de
acercarse como quiera». La razón: «El arte debe tener un sentido
pero no un significado». Como es habitual en el trabajo del autor,
cada obra está hecha en hierro forjado. «Es el material que mejor
me funciona. Es noble, fácil de manejar, sugerente y se adecua a lo
que quiero decir».
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