La plaza de Santa Magdalena de Palma acogió ayer a un nutrido
número de representantes institucionales y de público en general
que acudió a este lugar para presenciar la inauguración del
monumento al Cardenal Despuig, realizado por Damià Ramis Caubet.
Previamente al acto, el convento ubicado en este rincón emblemático
de Ciutat acogió un concierto titulado «Col·loqui d'amor», un
recital de poemas cantados sobre música española del siglo XVI por
Sonia L. Ribas-Caballero y Belén Yuste.
Damià Ramis, durante su parlamento, tuvo unas palabras de
homenaje hacia su madre, la escultora Remigia Caubet, promotora de
esta iniciativa, que falleció antes de haber finalizado este
bronce.
El acto, celebrado en el LXXV aniversario de la canonización de
Santa Catalina Thomàs, contó también con la presencia de la
alcaldesa de Palma, Catalina Cirer; el obispo de Mallorca, Jesús
Murgui; la vicepresidenta del Consell, Dolça Mulet; el director
general de Sa Nostra, Pere Batle; y la presidente de la asociación
de vecinos del barrio de Sant Jaume, Marisa Fernández Segade.
El director general de Sa Nostra, entidad que ha costeado el
importe de la escultura, dedicó unas palabras en homenaje al
Cardenal Despuig y afirmó que «es una obligación que las
instituciones sean capaces de perpetuar la memoria de aquellos que
han dejado huella, que han marcado un camino».
Por su parte, Catalina Cirer manifestó que esta pieza evidencia
el «sentir del Cardenal Despuig, que quería una ciudad mejor, al
igual que Santa Catalina», y que a la vez que «simboliza la unión
entre los ciudadanos».
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