Faltaban diez minutos para las diez de la noche cuando los
amigos del escritor Avelino Hernández se reunieron el viernes junto
a la escultura «Cada Abierta» que el artista Joan Lacomba dedicó a
Hernández y que está expuesta en el parque recreativo de Selva. El
motivo: Homenajear al escritor en el segundo aniversario de su
muerte y presentar su obra póstuma, «Mientras cenan con nosotros
los amigos».
El acto empezó con la lectura de tres fragmentos de la obra por
parte de tres amigos del escritor que avanzaron que es una obra que
habla de la amistad y el placer de vivir.
Después de la lectura, los asistentes entre los que destacaban
la viuda, Teresa Ordinas; Olga Martínez, de la editorial Candaya;
el escritor Miquel Àngel Lladó; y el alcalde de Selva, Joan Rotger,
se desplazaron hasta la plaza de la iglesia donde después de un
concierto de música clásica tomó la palabra Teresa Ordinas que
recordó la vida de su esposo haciendo un recorrido geográfico por
las ciudades más importantes para Avelino. Ordinas acabó
refiriéndose a Selva «un lugar donde la literatura y la vida se
confundían para Avelino».
El escritor Miquel Àngel Lladó presentó el libro con un escrito
titulado «Avelino crianza». «Es un juego de palabras con el vino
que es una señal de amistad», dijo Lladó, que interpretó la obra
como «un vino que no le falta ninguna propiedad y que seguro no
dejará indiferente a los paladares más exigentes».
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