Puede que Kool & The Gang sean de los pocos combos que
puedan tutear a James Brown y George Clinton. No son tan marcianos
como Parliament ni tan demoledores como el rey del funk, pero
incitan a la fiesta como pocos. Al menos, eso es lo que se vió en
la segunda cita con el Jazz Voyeur Festival, celebrada el sábado
por la noche en el Gran Casino Mallorca.
Los hermanos Bell y compañía se despacharon a gusto con un
repertorio cargado de grandes éxitos en el que supieron sacar
rendivilidad a sus casi cuatro décadas de vida. De hecho, empezaron
con tal ristra de dianas («Funky Stuff», «Too Hot», «Hollywood
Swing», «Jungle Boogie»), que la cosa parecía difícil de superar,
pero lo hicieron, claro. Aunque en los primeros compases de la
noche debieron vencer las reticencias de algunos a levantarse de
las sillas, algo que consiguieron lanzándose directamente entre el
público, bailando con las damas y a base de arengas funkys. Los
solos de Charles Smith también ayudaron.
La primera parte del repertorio fue arrolladora, groove sin
concesiones, a trompetazo limpio. Una fiesta dirigida por diez
tipos que no paraban de moverse y bailar. La primera balada que
cayó fue una tremenda «Summer Madness», rematada por unos teclados
retrofuturistas dignos de Funkadelic o el Herbie Hancock más
electrónico. Y a partir de allí, llegaron los momentos más flojos
de la noche con un «Open Sesame» algo descafeinado y una orgía
calipso alargada hasta el exceso. Podrían haber echado a perder la
noche, pero aún tenían bazas de sobra para reconducir la cosa. Fue
entonces cuando Kool & The Gang se dedicaron a repasar su
fértil época en colaboración con Eumir Deodato con temas como
«Ladies Night» y un «Get Down on It» apoteósico.
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