TW
0

Tan sencillo y sosegado como en las cuatro ocasiones que ha subido a recoger un Goya -tres de ellas al mejor director-, Fernando León de Aranoa desgranó ayer en Palma los secretos de su último trabajo, «Princesas», junto a las únicas dos actrices que ahora mismo pueden hacer honor a ese nombre, Caye y Zulema, o lo que es lo mismo, Candela Peña y Micaela Nevárez.

Los tres ya sabían que ha comenzado la carrera hacia los Oscar. Y «Princesas» está en ella. Sus baza fundamental, según Aranoa, es «contar la historia desde dentro», algo que ya le pasó en «Barrio». «Las emociones y los sentimientos de los que habla la película se comprenden en todas partes porque son internacionales», añadió. Para contar su última historia ha huído del morbo y los estereotipos. «La apuesta era tratar de contar desde los personajes, desde sus conversaciones y desde sus vivencias. Algo difícil de entender cuando la imagen que se tiene de la prostitución es la de los los reportajes de la tele», dijo.

Para reflejar esto hacía falta dos actrices que se dieran la réplica. «La razón por la que elegí a Candela Peña y a Micaela Nevárez está en la película, el trabajo de ambas es lo que un director podía desear. Todo lo que vi en los cástings que les hice a las dos actrices, lo veo ahora en la cinta». El papel de Caye sedujo desde el primer momento a Candela Peña, que se metía de nuevo en la piel de una prostituta diez años después de hacerlo en «Días Contados», su película debut. «Como escritor me gusta mucho lo que cuenta Fernando León, me encanta la forma en que te saca de la realidad para protegerte. Es muy fantasioso», declaró.