Un total de 92 piezas de cerámica obra de Pablo Picasso se
vendieron ayer por la tarde por unos 734.000 euros en una puja
celebrada en Sotheby's. La obra más cara de la puja fue un jarrón
estampado de color azul y blanco titulado «Trípode» (1951), que se
adjudicó por 49.392 euros. También destacaron dos cerámicas planas
y cuadradas, la primera de ellas en color azul y blanco y la
segunda de colores blanco y marrón, que representa sendas cabezas
de fauno y alcanzaron los 28.019 y 23.595 euros,
respectivamente.
La cerámica es la parte menos conocida de la carrera de Picasso
(1881-1973), cuyos cuadros suelen alcanzar precios astronómicos en
el mercado mundial del arte. El estilo y el dominio de la obra
pictórica del maestro español se presentan igualmente vivos en sus
creaciones en cerámica, en las que reprodujo personas y animales
con gran colorido. Picasso se aficionó a la cerámica hacia el final
de su vida, tras descubrir esta disciplina en una exposición en
1946 en el pueblo de Vallauris de la Costa Azul, donde pasaba sus
vacaciones. A partir de ese momento, nunca abandonó esta disciplina
artística.
Por otra parte, los expertos en cerámica de Picasso Marilyn
McCully y Michael Raeburn afirmaron ayer en el Museo Picasso de
Málaga que fue su interés por lo popular lo que movió a Picasso en
su producción de cerámica, ya que pretendía «que todos pudieran
disfrutar de sus obras de arte, sin necesidad de grandes
conocimientos ni de tener acceso a los museos».
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