TW
0

Una lúcida mirada crítica y un serio compromiso con la época que le ha tocado vivir hacen de José Antonio Marina un filósofo asequible, profundo, didáctico y dialogante. Ayer estuvo en Palma, en calidad de conferenciante, para inaugurar en la sede de la Fundació La Caixa el ciclo «Hacia una vida de más calidad».

Sobre este precepto, Marina reconoció no ser «nada catástrofista» y afirmó que «nadie que conozca la historia quiere vivir en otra época que no sea ésta, cimentada en una sociedad democrática y desarrollada». No obstante, observó que «el bienestar económico está produciendo muchas frustraciones personales» y puso ejemplos como la incorporación de la mujer al trabajo, la escolarización masiva o la inmigración.

En el libro «La inteligencia fracasada. Teoría y práctica de la estupidez», Marina escribe: «A mí me parece que hay que hacer una inversión de toda la historia, porque una parte de lo que consideramos glorioso es indecente». Como explicación, el filósofo toledano hizo ayer una distinción entre «sociedades inteligentes» y «sociedades estúpidas»: «las primeras se atienen a razones y las segundas a consignas, insultos o descalificaciones».