El montaje del barco pirata que protagoniza la historia comenzó ayer en el Auditórium. Fotos: JOANA PÉREZ

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Blanca, una chica cristiana, y Saïd, un corsario morisco, se enamoran sin remedio en un barco perdido en medio del Mediterráneo. Saben que su amor acabará en tragedia, que la incomprensión no les permitirá ser ellos mismos y amarse en libertad, pero no pueden ocultar ese sentimiento recíproco, exaltado, imposible. Ahora, ese barco llega al Auditòrium del 7 al 12 de febrero de la mano de la compañía Dagoll Dagom y su «Mar i cel», del que ya se han vendido 8.000 entradas.

Los preparativos empezaron ayer en la Sala Magna del Auditòrium. Allí, hay que reconstruir un galeote del siglo XVII en cinco días, un galeote que se ha convertido en el buque insignia del montaje. «Se trata de una reproducción real. El cascarón estaba guardado en el Museu Marítim de Barcelona, sólo ha cambiado la maquinaria, encargada a una empresa andaluza que prepara robots para empresas nucleares y que ha actualizado la estructura original», explicó Anna Rosa Cisquella, alma mater junto a Joan Lluís Bozzo y Miquel Periel de Dagoll Dagom.

Dagoll Dagom estrenó «Mar i cel» en 1988. Basada en una obra de Àngel Guimerà, el texto fue escrito por Xavier Bru de Sala y, la música, por Albert Guinovart. Treinta años después, la formación decidió festejar tan señalada fecha recuperando su musical más famoso. «El público nos ha acompañado asistiendo a las representaciones. Muchos de los que vieron la primera versión han regresado al teatro con sus hijos». Y es que una de las claves del éxito de «Mar i cel» es que «gusta tanto a niños como a mayores». Por ello, los jóvenes menores de 14 años tendrán en Palma un descuento del 50 por ciento en su entrada.