La Cova des Pas de Menorca se encuentra en una zona de difícil acceso.

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«Podemos decir que las numerosas muestras encontradas, conservadas en condiciones excelentes, hacen que el hallazgo de la Cova des Pas sea hoy el más importante del mundo». Con estas palabras concluyó ayer el arqueólogo Víctor Guerrero la presentación de los primeros resultados obtenidos tras finalizar el trabajo de campo en la cueva de Menorca. En total, se han encontrado 70 individuos enterrados en posición fetal que se han datado entre el 1200 a.C. y el 800 a.C., es decir, «en el periodo en el que la cultura pretalayótica evoluciona hacia la talayótica», según Manel Calvo, el otro arqueólogo de la UIB encargado del proyecto.

El equipo investigador, coordinado también por Maria Àngels Petit y Josep Maria Fullola, de la Universitat de Barcelona, terminó el trabajo de campo hace unas semanas tras seis meses. Ahora, los restos se han enviado a diferentes universidades para que los expertos estudien las muestras y lleguen a conclusiones, conclusiones que todavía tardarán «entre uno y dos años» en ser definitivas. Los dos arqueólogos destacaron la importancia del yacimiento por «el buen estado de conservación y las posibilidades de estudio que abre» y, también, por el hecho de que se han hallado «tejidos blandos como trozos de pulmón o de cerebro» que permitirán «hacer análisis empíricos».

«Podremos conocer, a nivel antropológico, en qué consistía su alimentación o qué enfermedades sufrieron», dijo Guerrero. «También podremos confirmar muchas de las hipótesis que teníamos a nivel arqueólogico sobre los rituales funerarios de la época». Los cuerpos encontrados estaban cuidadosamente peinados, envueltos en un sudario de piel bovina y atados con cuerdas. «En la Cova des Pas, hay desde niños hasta adultos, era un cementerio donde se enterraba a todos por igual, fueran hombres o mujeres», afirmó Calvo.