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El pasado viernes fallecía a los 92 años el arquitecto y Premio Nacional Miguel Fisac, quien tuvo una estrecha vinculación con la Costa de los Pinos, de la que fue impulsor entre finales de los años sesenta y principios de los setenta.

Miguel Fisac construyó el primer chalet de la Costa de los Pinos, llamado «La pionera» por este motivo. Pertenecía a Luca de Tena y, hace unos años, estuvo a punto de derribarse debido al mal estado en el que se encontraba. Al final, se mantuvo en pie, aunque no se rehabilitó. «Las intervenciones posteriores a las que se sometió el edificio no fueron del todo correctas», recordaba ayer Luis Corral, decano del Col·legi d'Arquitectes de les Illes Balears.

El arquitecto también fue artífice de otras tres construcciones en la zona de Son Servera: una casa para las hermanas Servera Deyá, el Eurotel Punta Rotja y la Casa Fisac (la casa que el arquitecto ideó para veranear en la Isla). La principal característica de estas viviendas es su tamaño. «Eran pequeñas, pensadas para pasar las vacaciones en la Costa de los Pinos. La única que era más grande era 'La pionera'», según Luis Corral. También destacan por «su sencillez y racionalismo».

Miguel Fisac nació en Daimiel (Ciudad Real) el 29 de septiembre de 1913. Entre sus obras más significativas están el Instituto Cajal Madrid (1951), el Convento de los Dominicos de Valladolid (1952), los Laboratorios Jorba (creados en 1968 y derribados en 1999) y el Colegio de la Asunción (1967). Sus primeras construcciones mezclaron el clasicismo predominante en España en los años 40 y el racionalismo europeo. A finales de los 50, inició una época personal de constante búsqueda de soluciones. «Fue un gran revolucionario, conocido por su forma de usar el hormigón», dijo Luis Corral.