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FRAN CASILLAS

José María Cano, miembro del mítico grupo Mecano y actualmente entregado de lleno al mundo de la pintura, nos recibió en Son Abrines, la que fue residencia de Miró en Palma, -que cumple 50 años-, donde, durante una noche, la de anteayer, expuso sus obras de forma privada.

-¿Cómo se ha operado el salto de la música a la pintura?

-Cuando eres pintor siempre pintas, aunque no como artista. En el año 2000 simultaneaba música y pintura. Un poco más tarde dejé de componer por completo para dedicarme profesionalmente al arte. Sin embargo, esta exposición que voy a realizar en la Fundación Miró es casi la primera que hago en España. Debuté en Miami, en la galería de Craig Robins; luego fui a Monterrey, a la galería de Ramis Barquet, donde han expuesto los artistas americanos más importantes de los años 80 y 90. Más tarde expuse en Londres, en la Allsopp Contemporary; en Los Àngeles, en el estudio de Jason Rhoades, y en pronto viajaré a Milán y Shangai.

-Y entre medias, Mallorca.
-Sí, pero esto no es una exposición realmente. Es como si los personajes de la colección WS100, los más importantes financieros de Wall Street, fueran visitando sitios. Primero fueron al Palacio del Marqués de Comillas, y ahora acuden a la casa de Miró para conmemorar su 50 aniversario, como si estuvieran veraneando en Mallorca y hubiesen sido invitados a la cena. Es un concepto, un performance.

-¿Qué significa exponer en la casa de Miró?
-Miró es uno de los más grandes pintores de la historia de la humanidad. Además, admiro sus características personales, algunas de las cuales creo que comparto. Es lógico que me sienta honradísimo de que Joan Punyent me haya recibido para esta celebración del 50 aniversario de la casa de Miró, aunque también es cierto que esto impone.