Las palmas han dejado de sonar al ritmo de Juan Heredia y la voz de La Mari ya forma parte del tiempo ido. Sin embargo, el concierto que Chambao ofreció eel pasado sábado en la plaza de toros de Ciutat seguirá resonando largamente en cada uno de los más de tres mil asistentes. Bastaba mirar al público, verles las caras de emoción, cómo intentaban seguir con las palmas las canciones o imitar la voz y la entonación de La Mari para comprobar que todos los presentes compartieron las dos horas de rollo sensacional con los malagueños. Y Chambao no defraudó. No sólo no defraudó, si no que ha sido, sin duda, junto con Estopa y Sabina, uno de los puntos más altos de la serie de conciertos programados durante este verano que ya acaba.
A su propuesta musical, la banda también se anima con algunas sentencias. Como la de la cantante referida a la tradición taurina, cuando afirmo que las plazas de toros sólo deberían existir para conciertos. Toda una declaración de principios, como algunas de sus letras (en realidad, como en casi todas las letras de sus canciones), donde marcan territorio. No fue entonces casualidad que luego de una intro instrumentalmente perfecta el grupo decidiera comenzar, sobre las diez y media de la noche, con «Playas de Barbate». «Los muchachos de mi barrio» y «Volando voy» también sonaron y resumieron en parte el ideario de Chambao.
Pero con sólo una parte del engranaje no se llega al lugar de privilegio donde los malagueños se encuentran, tanto en la consideración del público que asiste a sus conciertos y compra sus discos, como en la de los capitostes del mercado musical. Debe funcionar perfectamente la otra mitad: la música. Y le sobra paño a los andaluces en ese menester. Toni Romero y Roberto Cantero provienen sin dudas del jazz, algo que se nota. Las guitarras de Toni Cantero y Oliver Serra poseen un virtuosismo y un nervio envidiables. La percusión, siempre a tiempo. Y Heredia en el cajón hace maravillas, al igual que Coki Giménez. Quedan el talento de Eva Jiménez en los coros, el mismo talento de la carismática Mari, voz y líder del grupo. La noche vio versiones memorables de «Roé por la escalera», «Urelé», «Pokito a poko» y «Mi primo Juan». El final guardó lo mejor: «Ahí estás tú». Ahí está Chambao.
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