Pedro Fuentes, recien jubilado, tenor y portero; Miquel Vidal, a punto de hacerlo, ex administrador; Pep Soler, portero y hombre para todo; Magdalena Aguiló, actriz e integrante del equipo de artes escénicas; Paquita, Margie y Carmen, las sastras, o Margarita Socías, acomodadora, son algunos de los trabajadores del Teatre Principal que ayer regresaron a 'casa' por unas horas, junto con el resto de compañeros.
Dolça Mulet, consellera insular de Cultura, les invitó a conocer el estado actual de las obras de rehabilitación del edificio, que se proyecta inaugurar en abril por tercera vez en su historia. Precisamente ayer se cumplían 146 años de la reinauguración tras el incendio que lo destruyó en buen parte a finales del siglo XIX. Cubiertos con los preceptivos cascos, los trabajadores del Principal, ahora diseminados por La Misericòrdia tras el cierre de 2001, recorrieron pasillos, subieron y bajaron escaleras, se fotografiaron en lo que fue la platea, preguntaron dónde les ubicarían a su vuelta y se emocionaron.
Lo mejor fue descubrir la gran modernización realizada a nivel técnico, -que explicó el nuevo director de área, José Luis Alonso-, y no faltó un poco de nostalgia por aquella maquinaria a base de madera y cuerdas que servía para subir y bajar decorados y telones, que ya estaba obsoleta.
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