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ANA LARGO/ AGENCIAS El futuro del canon digital está en el aire y con su continuidad o su desaparición puede que el porvenir de la industria del ocio y de la propia Ley de Propiedad Intelectual, que es la que contempla la aplicación de esta remuneración por copia privada.

Cabe recordar que el canon digital responde también al cumplimiento de una directiva europea de 2001 relativa a la armonización de determinados aspectos de los derechos de autor.

El Congreso votará mañana sobre la enmienda aprobada en el Senado, que pretende suprimir en el plazo de un año el artículo 25 de la ley, que desarrolla el canon digital. Desde que se conociera la noticia, las reacciones han sido múltiples entre actores, músicos, directores, escritores, productores, representantes de las entidades de gestión y, sobre todo, entre Gobierno y oposición, motivadas por el sorprendente posicionamiento del Partido Popular a favor de la desaparición del canon.

Ayer los Ministerios de Cultura, Industria, Turismo y Comercio remitían a las Entidades de Gestión de los derechos de autor y a las Asociaciones de Fabricantes de Equipos y Soportes la propuesta oficial, que entrará en vigor con toda probabilidad a partir de mediados del mes de enero, por la que se establece la relación de equipos, aparatos y soportes materiales sujetos al pago de la compensación (canon) por copia privada, además de las cantidades que se le aplicarán a cada uno de ellos. Así, por ejemplo, los CD y los DVD, los soportes de mayor uso, verán reducidas su tarifas más de un 20 por ciento. Como novedad, se han incorporado tarifas en las memorias USB, y en los teléfonos móviles y PDA, que contengan MP3.

Detractores y partidarios del canon debaten y exponen a diario las ventajas y los inconvenientes de esta compensación. «Electoralista» ha sido calificada la postura del PP; de «absurdo», la aplicación a los teléfonos móviles; mientras que los artistas hablan de «traición» política.

El delegado de la SGAE en Mallorca, Ignacio Fernández-Allende, explicó que «el canon es algo que está estipulado en la Unión Europea, no inventado por la SGAE como algunos creen». Además, comentó que «los operadores de telefonía reconocieron ya hace tiempo que el 86 por ciento de lo que circula por sus líneas es música y audiovisuales, estos sectores son los perjudicados y deben verse compensados».

Por su parte, Toni Fernández, de Ona Digital, reconoció que en los últimos años se ha generado una sensación de impunidad ante las copias. «No hay conciencia de que hay una apropiación de algo que no nos pertenece», comentó y reconoció que «me preocupa, más que el canon afecte a todos los ciudadanos, el reparto de la recaudación». Además, apuntó que lo ideal sería una «uniformidad en todos los países», es decir, «no sirve de nada si puedo ir a comprar a otro país y eludir el canon».

El ministro de Cultura, César Antonio Molina, dijo ayer que «si prosperara la votación del jueves y nos viéramos obligados a suprimir el canon, tendríamos que suprimir la posibilidad de que los ciudadanos se hagan copia de las obras para su uso y, por tanto, sería sancionable».