Esta obra de creación colectiva, dirigida por Pitus Fernández, aborda distintos aspectos de la dualidad humana, cuyos opuestos perfectos son tan sorprendentemente fáciles de traspasar que sus protagonistas no pueden sino caminar por esa delgada línea que separa la lucidez de la locura, el dolor de la alegría.
Para adentrarse en la oscuridad del córtex cerebral sin caer en el histrionismo barato o los estereotipos, el equipo teatral ha contado con la asistencia del psiquiatra y miembro de la asociación Es Garrover Lluís Torrent. Asimismo, el proceso creativo se ha apoyado en una amplia documentación entorno al tema de la locura y la psyche humana, que incluye a escritores como Paul Auster o Dostoievski.
Lluís Torrent destaca el riesgo asumido en un espectáculo nacido de una libertad creativa no constreñida por la «estructura clásica de los griegos». Una apuesta diferente que requiere «un mayor sacrificio, pero resulta más gratificante», apunta, por su parte, el actor Salvador Oliva. Al interprete le acompañan sobre el escenario, Laura Dalmau, Miquel De Marchi y Xim Vidal, un reparto que se desdobla en varios personajes de distinta patología. El montaje cuenta, además, con una escenografía a cargo del polifacético artista Miquel Àngel Llonovoy, cuyos «juguetes rotos» se podrán ver por primera vez en un escenario.
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