La intensa vida de Ramon Llull llega a Rabat como símbolo del diálogo entre las culturas. La exposición Raimundus, christianus arabicus se inauguró el jueves en la capital de Marruecos con una presencia multitudinaria de autoridades.
La ministra de cultura del país, Touria Jabrane, habló del Mediterráneo como lugar de encuentro de civilizaciones; el presidente de la Generalitat, José Montilla, recurrió al conocimiento de Llull del latín, árabe y catalán; mientras que el embajador español, Luis Planas, destacó los aspectos científicos y su máquina de pensar.
La exposición, producida por el Institut Europeu de la Mediterrània e inaugurada por primera vez en Argel hace un año, repasa la obra del beato a través de murales, documentos históricos e interactivos informáticos. El montaje de Rabat se ubica dentro de la muralla del pintoresco barrio azul de los Oudayas, junto a la medina de la ciudad y el cementerio cuyas tumbas alcanzan la orilla del océano Atlántico.
La instalación revisa el perfil histórico de Llull e incide en la decisión de embarcarse hacia el norte de Àfrica en el año 1293 para «demostrar personalmente la efectividad del Arte como sistema para encontrar la verdad y probarla a los no cristianos», como reza el catálogo que se presenta en catalán, castellano, francés y árabe.
Viajes de Llull
Los tres viajes de Llull al Magreb se plasman en la muestra a través del encuentro de la razón con la pluralidad de religiones. En Bugía (Argelia) su actitud desafiante para demostrar la verdad cristiana lo llevó a la cárcel. El rey lo liberó y partió en un barco que naufragó cerca de Pisa (Italia), ciudad a la que Llull llegó nadando. El filósofo regresó a Túnez años más tarde, desde donde escribió sus últimas obras en 1315. Después, con 84 años, su rastro desapareció.
«Esta exposición es una piedra angular del intercambio intercultural entre nuestros pueblos», comentó la ministra Touria Jabrane, quien destacó que «el diálogo es la única manera de caminar juntos hacia el futuro». El embajador español mantuvo que «Ramon Llull quiso compartir y discutir sus creencias con los científicos y ulemas musulmanes del Magreb». Planas recordó que «Llull permitió que Occidente se aproximara a la cultura árabe». Por su parte, José Montilla aclaró que «tenía la idea de que el mar une en vez de separar». El presidente catalán calificó a Llull como «paradigma del conocimiento entre las culturas».
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