Tras un inevitable parón de un año motivado por la desaparición de la Nit Niu, las formas de arte más críticas y provocadoras vuelven a tomar la Cala Sant Vicenç.
La performance Enaltiment, de Joan Lacomba, atrajo la noche del sábado hasta la Cala a más de un centenar de personas que siguieron atentamente el particular tributo de Lacomba al ser humano más oprimido, un enaltecimiento del hombre hasta ahora sometido y que por primera vez experimenta la libertad.
No es la primera vez que Joan Lacomba se sirve de los tubos rojos y flexibles que estamos tan acostumbrados a ver en las obras a pie de calle. Los instaló en el año 1995 en el calle Major de Inca, en 1999 en la Plaça de Son Tugores de Alaró, en 2005 en una parra del Centre Cultural de la Real en Palma, en el 2006 ante la Galería Cunium de Inca y el pasado abril en Imagina 08 en San Javier (Murcia). «Para el artista estos tubos representan a la gente marginada, excluida, sometida y pisoteada; gente que ve enterradas sus ilusiones, sus esperanzas y su dignidad», explicaba una de las actrices el sábado minutos antes de dar comienzo a la performance.
«Cuando Lacomba eleva los tubos en cada uno de los espacios que retan su imaginación, enaltece a estas personas, les da la dimensión y el lugar que les corresponde». Estas palabras, leídas entre la penumbra sobre la arena de la Cala Sant Vicenç, servían de inicio a una representación que fue seguida atentamente por niños y mayores a solo unos metros, una representación cargada de música y simbolismo, que no defraudó. El acto, organizado por primera vez por el área de Cultura del Ajuntament de Pollença, se enmarca dentro de las fiestas de la Cala Sant Vicenç.
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