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Era la primera ocasión en que la obra cerámica del genial artista malagueño Pablo Picasso se presentaba en Pekín y lo hacía en plena vorágine de los Juegos Olímpicos. El interés de los medios de comunicación chinos por las piezas con la impronta mediterránea de Picasso fue notable, pero también el de otros muchos que se congregaban en la ciudad para cubrir durante más de tres semanas el evento deportivo.

Periódicos, televisiones, radios, medios digitales y revistas mensuales como Casa and design se hacían eco de la inauguración de la exposición Versos con la materia. Así, algunos como la revista quincenal Timeout presentaban la información como «Picasso no sólo es pintura, también cerámica». «Las cerámicas de Picasso recitan poesía en el Pekín olímpico», titulaba The First.

Además de casi una treintena de piezas cerámicas, la muestra está integrada por seis libros ilustrados por el artista y grabados.
Pese a que en pocas ocasiones la obra de Picasso se ha exhibido en Pekín, el artista no es un desconocido en China, así otros medios de comunicación aseguraban que «Picasso es conocido en China, incluso por aquellos que sólo tiene un interés puntual por el arte moderno». «Picasso era una gran admirador del arte y la cultura china», recogía el diario China Daily.

El artista reinventó una forma de abordar la decoración en la cerámica, pieza esencial de la cultura china, que fue de las primeras en provocar la aplicación del barniz en estas piezas.

Las obras, que pertenecen a la Col.lecció d'Art Serra, Es Baluard y la sala Picasso del Ferrocarril de Sóller, podrán verse hasta el 31 de octubre en el Instituto Cervantes de Pekín.