La artista Montse Carreño trabajando en la exposición de su performance 'Transfusion.me/casos de altruismo extremo', en La Caja Blanca.

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MARIANA DÍAZ/ANA LARGO

La Nit de l'Art sigue pidiendo algo más, pese a que ya son doce ediciones las que suma en su currículum. Este acontecimiento cultural logró que miles de personas salieran a la calle, aunque con menos fuerza que en ediciones anteriores, para descubrir en su recorrido las propuestas artísticas que anuncian la nueva temporada expositiva en Ciutat.

El regreso de la galerías de la Part Forana al circuito oficial, algo que se echó en falta el pasado año, ha marcado la novedad de una fiesta, que gana cada vez más adeptos en su versión alternativa. Sin olvidar algunas de las propuestas más atrevidas como la de La Caja Blanca, con Montse Carreño y su performance participativa Transfusion.me/casos de altruismo extremo que comenzó a las 16.00 horas en el Banc de Sang y finalizó con una instalación en la galería sobre la que la artista trabajó durante toda la noche. Pero también con propuestas diferentes que lograron una gran respuesta por parte de los ciudadanos como la actuación de Circ Bover en el Museu Es Baluard.

La Nit de l'Art crece y se dispersa sin parar. Por eso mismo, la regidora de Cultura, Nanda Ramon, explicó ayer que de cara al próximo año se reunirán para hablar con tiempo y decidir «hacia dónde vamos a dirigirla», comentó Ramon, quien destacó la posibilidad de trabajar en «la proyección exterior» del acontecimiento.

La fiesta comenzó al mediodía con la presentación de la intervención de la artista Nuria Mora en la Fundació Pilar i Joan Miró, donde tuvo lugar la tradicional comida de los galeristas.

Más oferta, menos aglomeraciones, ¿menos gente? Sí se notó en algunos puntos, no en el Casal Solleric, tradicional punto de partida de esta gran fiesta del arte.

Numeroso público abarrotó el espacio municipal para asistir a las inauguraciones de la figura internacional de cómic Gilbert Shelton, el Premio Nacional Isidoro Valcárcel Medina y el artista mallorquín Jaume Simó Sabater. Atravida e inquietante propuesta de Valcárcel con Territio. «¿Se puede tocar?», preguntó la alcaldesa Aina Calvo. La visita en el Solleric continuó por las historias «gamberras» de Shelton y finalizó en Exilis, de Simó Sabater, donde se encontraron todos los representantes de las diferentes instituciones. Llegó el brindis y el inicio del recorrido por las diferentes galerías de Palma. Pero antes, en el Espai Ramon Llull, la consellera de Cultura del Govern, Bàrbara Galmés, presidía la presentación de la exposición La Reconquesta del passat. Alcúdia del passat al present.

En la zona de Vía Verí, el artista Hugo Zapata presentó esculturas en la galería Joan Guaita; Carles Valverde mostró sus obras de fibra de carbono en la sala Pelaires y el CCC Pelaires optó por una colectiva. La galería Vanrell, por su parte, mostró óleos de Nils Burwitz.

En la parte alta de Ciutat, el Museu de Mallorca presentó sus fondo con visitas guiadas. El itinerario continuó por el Centre de Cultura Sa Nostra con La juventud baila, de Pablo Pérez Sanmartín. Fotografía, de Miquel Salom, en la Joan Oliver 'Maneu', quien también presentó una colectiva de su propio fondo. El artista Pedro Cano presentó su nueva obra en la Fran Reus; la galería Altair exhibió la colectiva de su 25 aniversario, mientras que la galería Xavier Fiol optó por una instalación de José Bechara.