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CELIA HEREDIA Kilómetros de tinta sobre papel conforman 38 años en los que Pep Roig ha sabido mostrar a los lectores de las miserias de la vida desde la óptica divertida y punzante de la viñeta. Ahora, este artista y humorista de primer orden presenta un ambicioso proyecto que pretende llevar a cabo a través de la recién creada Sociedad Protectora del Humor, presidida por Roig, junto a su secretario Antoni Rotger y el tesorero Juanjo Roig. Se trata del germen de lo que podría ser el primer Museo del Humor del mundo y que presentará el 9 de octubre, a las 20.00 horas, en el Xesc Forteza. Para este encuentro, Roig ha preparado una proyección de imágenes y una exposición de paneles para mostrar parte del material que constituirá el museo. La presentación finalizará con la representación de la obra Don Jaume I el Conqueridor.

Ultima Hora

"¿Sería correcto decir que el humor está en peligro de extinción?
"Al contrario. El humor siempre se renueva. Decimos Sociedad Protectora porque queremos recuperar lo que hubo en cuanto a personajes, autores, actores, situaciones, anécdotas, leyendas y cosas que no sabemos, pero que han sucedido.

"¿En qué consistirá el trabajo de la Sociedad Protectora del Humor?
"No sólo se trata de ir por los pueblos de Mallorca haciendo exposiciones. Recorreremos todos los pueblos de Balears para que en cada lugar los vecinos puedan aportar datos para el fondo museístico. Se trata de una labor antropológica para que la persona que quiera investigar pueda encontrar una humoroteca en Balears.

"¿Y cuál será el siguiente paso después de la presentación en el Xesc Forteza?
"También lo presentaremos en Granada. Después, empezaremos a trabajar para conseguir el apoyo económico necesario para crear un museo vivo y participativo, que atraiga a toda clase de público, como si fuera un espectáculo en el que los que lo visiten tengan algo que aportar y que los investigadores tengan un sitio donde puedan encontrar todo el bagaje humorístico. Las sedes para el museo podrían ser el edificio de Can Serra, el edificio del Tribunal Tutelar de Menores, o dos plantas del edificio GESA.

"¿Qué significa para usted el humor?
"Es una forma de entender la vida, teniendo en cuenta que el hombre se diferencia del animal porque es la única especie que sabe reír. Pero no podría definirlo porque es algo inherente y nunca me he planteado qué es el humor, de la misma forma que no me he planteado por qué tengo nariz.

"Tener sentido del humor es algo relativamente fácil, pero hacerlo...
"En tiempos trágicos de dictadura es más fácil hacer humor. El contraste entre lo trágico y lo humorístico es lo que da la gran dimensión. Yo no hago humor de cosas que de por sí son divertidas. El humor tiene que ser crítica. Tiene que ser libre y militante del propio humor. Y, sobre todo, tiene que ser sincero.

"¿Cree que todo el mundo está capacitado para entender el humor?
"Muchas veces, cuando voy caminando por la calle, hay gente que me reconoce y me para sólo para decirme que no entiende mis viñetas. Eso es porque muchos se van al humor fácil y directo, pero yo antes de dibujar me sé de memoria qué es lo que han publicado todos los periódicos. La gente tiene que estar pendiente de todo lo que ocurre para entender mi humor.

"El proyecto del Museo del Humor será global, porque no hay ningún museo en el mundo de este tipo, pero eso no descarta que tenga mucho humor mallorquín. ¿Cómo percibe usted el humor en esta Isla?

"El carácter mallorquín, por lo general, es muy isleño y muy seco. Gran parte del humor de la Isla es grosero, como las glosas de sa Pobla, unas glosas que son el origen del humor mallorquín. También existe el humor fácil, que aquí es el más generalizado y el que hacen todos los humoristas, pero en Mallorca el humor que impera es el del Xesc Forteza, aunque no es el que más me gusta.

"Entonces, ¿qué tipo de humor es el que más le atrae?
"Yo soy hijo de La Codorniz y soy de la saga del humorista gráfico Chumi Chúmez. Pero ése tampoco es mi referente. También leía el Papus y la revista Por Favor. El Jueves me interesó mucho cuando empezó, ahora me interesa menos porque les falta esa connotación de las épocas convulsas.