Cabe recordar que, al comienzo de curso, los responsables del centro se encontraron con que no había suficiente espacio para las clases dado que el número de alumnos había crecido al mismo tiempo que lo había hecho la oferta formativa. Dadas las consecuencias, parece que desde la Conselleria este dato no había sido valorado en su justa medida. Cuando se decidió que las aulas prefabricadas eran la solución al problema, las que se compraron, y comenzaron a instalar en octubre, no alcanzaban los tres metros de altura que los profesores consideraban imprescindibles. Así, tuvieron que desmontarlas y encargar nuevos paneles.
Tomás Picornell, director del Professional, comentó anteayer que «desde el IBISEC [Institut Balear d'Infraestructures i Serveis Educatius i Culturals] me dijeron que estarían [instaladas] a finales de enero».
De momento, como ya adelantó Ultima Hora el pasado mes de septiembre, «todos los alumnos de danza tienen clase, pero no al cien por cien» de su horario, recordó Picornell. Serán los más pequeños quienes utilizarán las tres aulas prefabricadas que formarán parte de un pequeño recinto cerrado en el que también habrá un despacho, vestuarios y baños. Según la Conselleria, está previsto que, una vez finalizada la estructura de paredes, el lunes se comience a instalar el suelo especial de linóleo para danza, después la electricidad, los espejos, las barras, para más tarde cerrar el perímetro del solar y, finalmente, llevar los pianos.
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