El 'producto local' fue ayer el gran protagonista de la quinta edición de los Premis Mallorca de Creació Literària, entregados por el Consell, los mejor dotados en lengua catalana: tres de los cuatro galardonados son de la Isla. La gala, con estética austera y amenizada por el elegante sonido del grupo Cap Pela, sirvió para homenajear a todos los literatos exiliados, con motivo de los 70 años del final de la Guerra Civil.
El recuerdo audiovisual a Picasso, Buñuel, Gabriel Alomar y Villalonga, Pompeu Fabra y otros muchos exiliados dio inicio a la entrega de unos premios que, hasta ayer, sólo habían premiado a un mallorquín, Bernat Nadal.
Rosa Maria Colom se alzó con el Premi Mallorca de Narrativa, dotado con 70.000 euros, gracias a La mort de l'escriptor, y comenzó su discurso agradeciendo al Consell su apoyo a la literatura juvenil, su género habitual. Muy emocionada, recordó que su vocación por el estudio y la escritura fue tardía, y citó a su marido, ya fallecido, como la causa principal de su interés «por la lengua y la cultura de mi país. Él fue mi consejero extraordinario, mi crítico implacable y un admirador incondicional», dijo, arrancando los aplausos más calurosos de la noche. El premio le fue concedido por «el fabuloso juego de fantasía literaria» de su obra, llena de «talento narrativo ingenioso, fantasía desbocada e imaginación irreverente».
El ganador de la categoría de poesía, el catalán Hèctor Bofill, fue alabado por su lenguaje, «claro testimonio de la vitalidad y elegancia de la lengua catalana». Bofill, «estupefacto de emoción y alegría», se declaró «contento de estar en Mallorca, donde actualmente se escribe la mejor poesía de los Països Catalans».
El galardón de narrativa juvenil fue para Guillem Rosselló Bujosa, autor de La casa de les escales, una obra que resalta por la «riqueza de su estructura novelesca», según el jurado. Además, éste destacó su capacidad de integrar problemas de actualidad, como la inmigración, con otros «intemporales» como el amor o el amor entre padres e hijos. Rosselló Bujosa dedicó el premio a su pareja, algo habitual entre los premiados ayer. Por otra parte, Miquel Àngel Raió recibió el Premi Teatre Principal de Texts Dramàtics por Cristalls irisats de plàstic xinès, por la que se inspiró «en mi mujer y musa». La obra fue elegida por el jurado por su atrevimiento al adentrarse en «el sexo, el deseo y, sobre todo, la condición humana».
El espíritu de los Premis Mallorca, creados para potenciar la creación en catalán, llevó a las autoridades a centrar en la lengua sus discursos. La presidenta del Consell, Francina Armengol, recordó que el catalán «es la lengua del país y la que necesita del apoyo de los poderes públicos». Posteriormente, celebró el talento de los escritores que, «sin otra fuerza que la palabra, fueron capaces de mantener vivo el latido de la lengua, incluso en las horas más oscuras de nuestra historia», en referencia a los literatos exiliados durante el franquismo.
Por su parte, la consellera insular de Cultura, Joana Lluïsa Mascaró, se lamentó de que «la comunicación en lengua catalana pierda posiciones, conseguidas en momentos políticamente mucho más difíciles que los actuales». Así, reclamó que todas las televisiones autonómicas que emiten en catalán se puedan ver en los tres territorios de los Països.
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